2.
¿Qué entendemos por Trauma?
En EMDR diferenciamos dos tipos:
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Trauma con “T”: experiencias intensas o potencialmente traumáticas, como pérdidas, maltrato, abusos, accidentes, catástrofes, violencia, etc.
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Trauma con “t”: experiencias más sutiles pero repetidas, que llamamos microtraumas. Pueden ser frases dolorosas, momentos de vergüenza, exigencias excesivas, sentirte ignorada o rechazada, entre otras. Aunque parezcan pequeñas, su acumulación deja marcas profundas que afectan cómo nos vemos, cómo nos sentimos y cómo nos vinculamos.
No es la experiencia en sí lo que genera el daño, sino cómo quedó registrada en nuestra memoria.
¿Qué síntomas puede generar un Trauma no procesado?
Estas experiencias no resueltas pueden generar síntomas como:
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Miedos, angustia o ansiedad
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Dolor emocional o físico persistente
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Bloqueos y pensamientos negativos recurrentes
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Creencias limitantes como:
“No valgo”, “soy insuficiente”, “nadie me va a querer”, “no soy capaz”
Con el tiempo, estos síntomas pueden afectar nuestras relaciones, decisiones, autoestima y bienestar general. Muchas veces los naturalizamos sin darnos cuenta de que hay otra forma de vivir.