La terapia EMDR es un modelo de abordaje psicoterapéutico que trabaja sobre el sistema de procesamiento de información interno e innato del paciente. Las diversas experiencias que vivimos, sobre todo las de nuestra infancia y adolescencia, van configurando en nosotros una manera de mirar el mundo y de posicionarnos frente a él y frente las personas que nos rodean.

 

Todas las experiencias que atravesamos en la vida van alojándose en nuestra red de memoria (que funciona como el disco rígido de una computadora). Algunas experiencias se guardan de manera adaptativa y con aprendizajes y otras de manera desadaptativa. En estas últimas conforman lo que llamamos Trauma.

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Hay dos tipos de experiencias relacionadas al trauma:

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Trauma con "T" - experiencias de naturaleza potencialmente traumáticas: Por ejemplo la pérdida de un ser querido, abusos/maltrato de todo tipo como psicológicos, emocionales, físicos, o sexuales, vivenciar accidentes, apegos desorganizados, ser testigo de violencia o catástrofes, entre muchas otras.

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Trauma con "t" - microtraumas: Los más presentes en nuestra vida. Son experiencias que por su naturaleza no son traumáticas pero sin embargo generan en nosotros "microtraumas" por acumulación, por ejemplo: la mirada hostil de una maestra regañándome, una palabra de mi abuela diciéndome que estoy "más gordita", haber sentido vergüenza en un acto escolar, la exigenciencia de mis padres "tengo que sacarme 10", una pelea con un amigo, o que por un malentendido mis padres hayan olvidado retirarme de la escuela y me haya sentido no querido, que alguien me haya dicho que era "inútil", etc. El acumulado de estas experiencias -aparentemente cotidianas- también configuran marcas en nosotros. Por ejemplo, si de pequeña y a lo largo de mi desarrollo tuve experiencias en donde sentía que no podía confiar en las personas que me rodeaban (mis cuidadores), es posible que sea una adulta a la que le cueste mucho establecer vínculos profundos, porque mi mente aprendió eso a través de lo vivido.

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No tiene que ver con las experiencias y su naturaleza en si, sino en cómo nuestra red de memoria guarda esas experiencias.

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Todas las anteriores experiencias -traumáticas con T y t-, cuando quedan guardadas disfuncionalmente en nuestra red de memoria (es decir, que no fueron procesadas de manera adaptativa por nuestra computadora interna), se presentan en nuestra actualidad a través de diversos síntomas (por ejemplo miedo, angustia, tristeza, dolor emocional e incluso físico, baja autoestima, bloqueos, pensamientos intrusivos/repetitivos, o creencias del tipo: “no valgo”, "soy insuficiente", "nadie me va a querer", “soy tonto”, “estoy dañado para siempre”, "no merezco", “no puedo expresar mis emociones con seguridad,”, "jamás podría aspirar a ese trabajo", "no soy capaz de ...", etc.).

Esta sintomatología aparece permanentemente irrumpiendo nuestro desarrollo como personas y dificultando la posibilidad de un disfrute pleno de nuestra vida diaria. Afecta no sólo a quiénes somos y a lo que hacemos, sino a nuestros vínculos, proyectos laborales - de crecimiento personal, y a distintos ámbitos de nuestra vida. Muchas veces es silenciosa o nos acostumbramos a convivir con ella, la naturalizamos.

En algunos casos (y con mayor probabilidad si no nos ocupamos de ello) también puede acabar generando un trastorno de salud mental y emocional (por ejemplo cuadros de ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno límite de personalidad, trastorno bipolar, adicciones, etc.).

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